sábado, 14 de diciembre de 2013

el aprendizaje entre los chimpances, no solo es cosa de humanos.

Los chimpancés de Costa de Marfil y Liberia llevan generaciones enseñando a sus crias como abrir nueces para su alimentación, en mi opinión aunque no sea un aprendizaje tal como lo entendemos los humanos si que se asemeja bastante. http://elpais.com/diario/2002/05/24/sociedad/1022191205_850215.html http://www.youtube.com/watch?v=8x2ieI0kNnA http://elpais.com/diario/2003/12/10/futuro/1071010801_740215.html

jueves, 12 de diciembre de 2013

La trampa histórica: "España contra Cataluña"


Han salido a colación de la actualidad política, toda una serie de declaraciones que rozan el sacrilegio, en lo que a la Historia se refiere. A raíz de la venia nacionalista, desde la Generalitat se han adelantado una serie de foros y conferencias en los cuales algunos historiadores, más vendidos que un árbitro de cuarta regional, hablan de la guerra de sucesión como una "guerra nacional" contra Felipe V.

Lo peor de todo es que ellos mismos, si han abierto algún libro de Historia del nivel de la ESO, saben que es mentira. No me malinterpreten. Aquello de la “unidad de España” atenta contra el sentido común, que lo del “destino nacional” tampoco existe y que lo que de verdad debiera interesarnos es lo que ocurre a los nuestros. Y con ello quiero decir familiares y amigos.

Este artículo sólo trata puntualizar que no se debe falsear la Historia. Que todos intentan arrimar el ascua a su sardina, por supuesto. Pero de ahí a mentir deliberadamente, creando una idea no sólo equivocada, sino nociva para el conjunto de la sociedad por el hecho de haber encontrado un filón de votos, hay un gran trecho. Y para alimentar esa quimera, que da bastante éxito electoral, han ido surgiendo, con fondos de la Generalitat, toda una serie de conferencias, seminarios y ciclos que inducen a sus participantes a la idea de que La Guerra de Sucesión española (1700-1714) como una rebelión catalana y una represión sociocultural a la identidad nacional catalana. Y mienten deliberadamente.




Recientemente, en el Mercado del Born, en Barcelona, se han encontrado unas  ruinas que datan de este periodo. Bien, allí el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio un discurso alegando que dichas ruinas son el "símbolo de la resistencia heroica del pueblo catalán en defensa de sus libertades" y que "es también la imagen de constancia y esfuerzo a lo largo de la historia para garantizar la identidad, el autogobierno, las libertades y la justicia social de este país".

La Guerra de Sucesión no fue una guerra de liberación nacional, porque si existió nacionalismo, esto fue en el siglo XIX. Cincuenta años antes del conflicto, cuando las tropas del rey de España entraron en Barcelona, echando a los invasores franceses, fueron aplaudidas por el pueblo de Barcelona, como atestiguan las fuentes. La guerra de sucesión fue un conflicto exclusivamente político, que estalló porque al morir Carlos II de Habsburgo sin descendencia –era estéril debido a la consanguinidad de los reyes de la época –, hizo heredero al sobrino de Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou, pensando en que de este modo, Francia no rompería en pedazos el imperio español a su muerte. Y Carlos, pese a ser algo lento de entendimiento, acertó.

En 1700 el pobre Carlos muere, y se comunica a Luis XIV que su sobrino es el heredero del imperio más extenso del mundo, por lo que invalida todos los tratos a los que había llegado con Inglaterra, Holanda y demás potencias que ansiaban repartirse el imperio español a los que habían llegado años atrás, cuando ya tenían claro que Carlos II además de lento y enfermizo, era estéril. Dicho esto, no pasó nada, inmediatamente. Pero con una falta total de tacto, Francia comenzó a invadir territorios holandeses y a provocar al resto de potencias, que pensaron que ya era suficiente la paciencia que habían tenido con el francés: Apoyan al pretendiente Habsburgo, el archiduque Carlos al trono de España , y se forma una Gran Alianza tras la firma del tratado de La Haya, integrada por Provincias Unidas, Gran Bretaña, Saboya, Portugal, Austria y Hannover, inaugurando una guerra que llega a la Península por la invasión de las tropas del pretendiente Habsburgo, allá por 1706, que toma Barcelona y por eso se convierte en su “capital” durante el tiempo que dura la guerra. Pero rápidamente intentará entrar, y entrará, en Madrid, por lo que en ningún momento pretende convertirse en rey de los catalanes. Sino del trono español. No amigos, no. No es una guerra de los catalanes contra el resto de España.

De hecho, si atendemos a las consecuencias de aquella guerra conviene aclarar que los que realmente tendrían que estar muy cabreados son los valencianos a los que en 1707, Felipe V retiró todos los privilegios y como castigo, ordenó echar sal a los campos para que no creciese allí ni un matojo en decenios. Con Cataluña no ocurrió nada. Y es que “el animoso” era bipolar, y lo de Valencia le pilló en un mal día, mientras que con Cataluña debió de estar mucho más animado.

Como hemos visto, se trata de un conflicto político internacional. De hecho, prueba de que los reinos y territorios se intercambiaban como calles del Monopoly entre los reyes y emperadores es que cuando acaba la guerra, Austria, en compensación por la pérdida de España y América se queda con los Países Bajos españoles, Nápoles, Cerdeña y Milán, el duque de Saboya se queda con Sicilia y en 1718 lo intercambia por Cerdeña, mientras que Gran Bretaña se queda con Gibraltar y Menorca. Como si se tratara de cromos.

El nacionalismo no se ve por ninguna parte, ni la guerra de liberación, ni demás exquisiteces que nos dejan los políticos. El problema es que cuando se busca construir una identidad se tiende a encontrar un precedente histórico, y como no lo hay, han optado por inventarlo. Es lo mismo que cuando en la España de Franco se hablaba de Viriato como un protoespañol mártir de la conquista romana, del Cid Campeador como un patriota español de pro, o que los reinos cristianos del Medievo buscaban la unidad de España, ignorando que en multitud de ocasiones se aliaban con los moros para atacarse entre sí. Que no hombre, que con esto no hay debate.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La educación a la generación 3G

Indudablemente, no hace falta tener Facebook o Twitter para explicar Isabel la Católica. Pero a lo mejor aprender a colgar links es necesario. O hacer un powerpoint. O explicar un cuadro utilizando una de las millones de herramientas que ofrece un ordenador y aparcar las diapositivas amarillentas en un cajón.

Enseñar Historia es arduo. Si se hace de forma seria y sin alicientes acaba siendo una piedra incluso para el historiador más convencido de la Tierra. No hablemos ya de los chavales que tienen que empollarse los visigodos a los 13 años. Imposible.

Contamos con la ventaja evidente de poder recurrir a las anécdotas. Para intentar que se les quede algo en la cabeza. Preferiblemente útil. Pero corremos el riesgo de que todo se reduzca al simplismo y al morbo. No sé si están al tanto, seguramente sí, pero conviene señalarlo: El recambio generacional, en España, ha dejado de existir. Esto quiere decir que el choque entre chicos de 13 y ancianos de 60 -o personas maduras con experiencia según Badoo- es enorme.

Como todo en esta vida, hay excepciones. Pero por lo general, están desubicados. Indudablemente, no hace falta tener Facebook o Twitter para explicar Isabel la Católica. Pero a lo mejor aprender a colgar links es necesario. O hacer un powerpoint. O explicar un cuadro utilizando una de las millones de herramientas que ofrece un ordenador y aparcar las diapositivas amarillentas en un cajón.

Probablemente voy a perder credibilidad a partir de la línea de debajo, pero muchos de estos profesores hacen flaco favor a los chicos gritando “¡atiende, atiende!”, o “ahora lee tú, ahora lee el otro”. Más se han enterado de la convulsa Italia del Renacimiento o de la situación en Palestina durante la 3ª Cruzada por “Assassins Creed”, que por los párrafos harto manidos y descafeinados de los libros de Santillana.


Ignorar que existen herramientas como ésta es delito para el educador que realmente quiere educar y no es un triste ganapán. En ella se puede observar con imágenes en alta definición las pinturas que se encuentran en la Capilla Sixtina. Ni punto de comparación. Poco menos que si estuvieses allí. Una aplicación que llevan años desarrollando y que es harto desconocida entre estos dinosaurios que andan, esta vez sí, completamente desubicados entre esa marabunta de hormonas.

        Algunos se animan con los blog. Y hacen cosas muy buenas. Tan buenas que hasta animan a otros a utilizarlas, pero no está explotado de forma general. Ni parcial. Es penoso que teniendo herramientas, la desidia y el inmovilismo se haya apoderado del sistema. Hay maneras de hacer que se interesen, y puedes y deben ser explotadas en su beneficio. En el de todos en realidad.

Aprenderse las provincias es un auténtico coñazo. Lo mismo que las cordilleras o los ríos. Por no hablar de las extensiones y territorios de las naciones en el Pasado. A lo mejor se puede animar a utilizar este videojuego. Me niego a creer que muchos son capaces de memorizar los cientos de personajes de “El Hobbit” o de “El Señor de los Anillos”, con sus reinos y sus territorios y sus batallas, y no sean capaces de hacer lo mismo con la Guerra de Los Treinta Años o la Guerra Sucesión. Sólo hay que dar con la tecla del interés.

Y no hago más que pensar en ese señor de 60 años, ese “adulto maduro”, príncipe de la segunda juventud del que hablábamos antes, desempolvando sus diapositivas y haciendo leer párrafos a 25 chavales que acaban de guardar su smartphone, el día anterior fueron a ver la nueva de El Hobbit en 3D y presumiblemente van a utilizar el ordenador o alguna consola de última generación en cuanto lleguen a casa, y ahora piensan “Joder, lo que me toca aguantar”. Se abstrae y mientras se dispone a ver pasar las horas pensando en cómo derrotar a Manuel Palaiologos, pretendiente sucesor del trono de Bizancio en manos de los turcos. 


lunes, 9 de diciembre de 2013

Experts in Emotion

Buenas tardes compañeros!

Hoy queremos compartir con vosotros una serie de entrevistas muy interesantes. Estas forman parte de una serie de la Universidad de Yale titulada Experts in Emotion. En ella se exploran los distintos aspectos de las emociones humanas de la mano de algunos de los más reconocidos expertos en la materia. Las entrevistas son muy amenas y breves por lo que no abusamos de vuestra paciencia.

Si bien toda la serie es harto interesante, en esta entrada solo vamos a compartir aquellas que tengan una relación, más o menos clara, con los temas abordados en la asignatura. Así, las tres primeras entrevistas comparan distintos aspectos de las emociones, pensamiento y capacidades de los animales en relación con el ser humano. Mientras que una cuarta trata la relación entre emoción y cognición. Las siguientes analizan las emociones y la depresión en los adolescentes para terminar con una última entrevista nos habla de la emoción y la resiliencia.

El único problema que encontramos en estas entrevistas es el idioma, todas ellas están en inglés. Hemos pensado que no debíamos discriminar un recurso tan interesante por este motivo ya que, unos más y otros menos, todos sabemos algo de inglés. En cualquier caso, para facilitar la comprensión de las entrevistas podemos pinchar en el rectangulito con dos líneas que se encuentra en la esquina inferior derecha del reproductor de youtube. Así se activan los subtítulos que si bien tienen varios fallos (ya que se generan automáticamente mediante el reconocimiento de voz) sirven de guía a la escucha. Aun así, si alguien no entiende algo y está interesado no dudéis en contactarnos y, gustosamente, os aclararemos cualquier duda.

1. ¿Sienten y piensan igual los animales que las personas?




2. La expresión emocional y comprensión de los chimpancés



3. Modelos animales de cerebros humanos






4. Emoción y cognición




5. Las emociones en la adolescencia




6. Emoción y depresión en la adolescencia




7. Emoción y resiliencia




domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Por qué The Emergent Self?

Jonah Lehrer, en el capítulo que dedica a Virginia Woolf en Proust Was a Neuroscientist, compara al novelista que crea una narrativa con la persona que crea su sentido de ser, su yo, su identidad. El Yo es nuestra obra de arte, nos dice, y sin éste no seríamos más que un cerebro lleno de personajes buscando autor desesperadamente.

En este blog no podríamos estar más de acuerdo. Estamos compuestos de impresiones siempre cambiantes que se unen gracias a una identidad en cuya constante construcción, la adolescencia es una etapa crucial.

That's why.